El repertorio fue formado por siete ejercicios que, en términos de Isaac Hernández, estarían abarcando “el terreno básico de la barra”, en un proceso gradual de menos a más.
Aquí, cabe mencionar que, como se aclaró al principio de la clase, el nombre de todos estos pasos está en francés. Tendu de primera posición frente a la barra; plié y grand plié; tendu de quinta posición; jeté; rond de jambe; fondu y, finalmente grand battement.
Para terminar la clase, un adagio en centro, que es el momento en el que el bailarín mostrará su mayor capacidad de equilibrio, extensión e interpretación; una combinación para la pirouette y una serie de saltos (sautés) a la que Isaac agregó la demostración de su grand tour a l’air.
El ballet entrena al ejecutante para resolver cualquier eventualidad, para cambiar de rumbo en medio del camino y para encontrar soluciones creativas, pues habrá momentos donde, como el mismo Isaac Hernández lo dijo, “no hay espacio para la duda”.