De hecho, muchos jóvenes los buscan casi compulsivamente para experimentar una intensa pero siempre breve sensación de satisfacción que, sin embargo, puede ser contraproducente al hacerlos dependientes, a la larga, de la opinión de los demás.
El perfil mayoritario del adicto es el de un joven de entre 16 y 24 años. Los adolescentes son los que tienen mayor riesgo de caer en la adición, según los expertos, por tres motivos fundamentales: su tendencia a la impulsividad, la necesidad de tener una influencia social amplia y expansiva y, finalmente, la necesidad de reafirmar la identidad de grupo.
Y justo ahí es donde encontramos la afectación directa al desempeño de nuestros jóvenes dentro de los salones de Danza de todo el mundo,porque lejos de acudir a una clase donde podría pensarse que la razón son las mejoras corporales y motrices ocurre todo lo contrario.
Los jóvenes hoy están cambiando su manera de pensar al asistir a clases y utilizan estos lugares junto con las SELFIES como trampolines para colocarse rápidamente por medio de LIKES y con mas aceptación entre sus grupos de amigos.
El problema se agrava cuando la costumbre se hace presente y lejos de progresar en tu disciplina favorita, solo acudes a clase para seguir siendo popular y reconocido entre tu comunidad de REDES SOCIALES.
Sin darte cuenta poco a poco te alejas de esa pasión que tanto protegías ya que tu falta de entrega en tus entrenamientos es visible y que a partir de tu necesidad de aceptación a grupos diferentes comienzas dejar de pertenecer a tu comunidad principal.